50 Cosas que nunca te dijeron acerca de ser un Chef (traducido)

No soy muy fan de las cadenas que van propagando las redes sociales, pero cuando vi esta no pude más que reírme y sentirme identificado en la mayoría de los puntos. Con un aire macarra y algo de exageración, que me recuerda inevitablemente al libro: Confesiones de un Chef, de Anthony Bourdain (el cual recomiendo 100%), esta es una lista de 50 cosas que nunca te dijeron antes de entrar en nuestro mundillo, traducida al español:

Marco Pierre White, en su foto más macarra

Casi siempre tendrás heridas abiertas y cortes en manos y brazos.
Nunca conocerás gente nueva porque tu vida social se deteriorará hasta la casi no-existencia.
Encontrarás difícil iniciar una relación porque tu tiempo “a solas” se convertirá en algo preciado.
Perderás tus habilidades sociales.
Tu sentido del humor se decantará hacia lo políticamente incorrecto y lo socialmente no aceptado.
Empezarás poco a poco a insultar como un marinero y no te darás cuenta de ello.
Te obsesionarás y siempre cambiarás el rumbo de una conversación hacia la comida
Ahorrarás una miseria durante años y décadas
Ganarás o perderás una gran cantidad de peso.
Nunca jamás volverás a lucir un cuerpo bronceado.
No te harás famoso.
Desarrollarás una o varias adicciones, tanto como si es el café, el tabaco, el alcohol, las apuestas, el cannabis, la cocaína o incluso las bebidas tipo Red Bull.
Tus pies se destrozarán.
Tu espalda se destrozará.
Tus manos se destrozarán.
Vivirás en un estado de privación del sueño, indefinida.
Tendrás que preguntar a tus amigos para que hagan planes a partir de tu horario, que será siempre en contra de su disponibilidad, porque nunca sabrás tus días libres con antelación y probablemente no podrás cambiarlos.
Te convertirás en alguien de naturaleza muy nerviosa.
Te convertirás en alguien propenso a saltar con mal temperamento.
Tu conocimiento sobre la falta de eficiencia y sentido común de otras personas aumentará y tu tolerancia descenderá.
Pasarás gran parte de tu vida encerrado en una pequeña, y sin decorar, sala con poca ventilación, altas temperaturas, un montón de ruido, humedad, sin luz natural ni ventanas y un grupo de gente que se convertirán en tus únicas “interacciones” sociales.
Trabajarás más horas de lo que jamás habrías imaginado o creído legalmente.
Pasarás tus horas del día de pie, sin la posibilidad de sentarte ni siquiera 5 minutos.
Tu jornada más corta será más larga que muchas de las jornadas intensivas de otras personas. Y tus jornadas intensivas, que serán la mitad de tu semana, serán más largas que la media de horas que está despierta una persona a diario.
No cocinarás nada gourmet en casa. Estarás demasiado cansado, mental y fisícamente de cocinar.
Probablemente empezarás a comer frecuentemente fast food y noodlesinstantáneos.
Serás sujeto de abuso, físico o emocional. Oficialmente, será una prueba de tu carácter. En realidad, será como entretenimiento.
Pasarás tanto tiempo en el trabajo que tus compañeros te conocerán mucho mejor que tu pareja/familia o amigos.
Conocerás y formarás lazos fuertes de amistad con ese tipo de personas que jamás habrías pensado que compartirías una conversación.
Vivirás en una situación permanente de estrés.
Nunca serás irremplazable y siempre se esperará que des un 110% de ti mismo.
Siempre estarás cansado.
No se te permitirá llamar “enfermo” por tener resaca.
Se esperará que pongas en primer lugar tu trabajo, antes que cualquier otra parte de tu vida, en tu lista de prioridades.
Nunca se te felicitará en tu trabajo.
Se espera que trates a tus superiores como auténticos maestros y nunca contestes mal, busques excusas, empieces una conversación o muestres cualquier otro tipo de insubordinación, incluso si crees que no tienen la razón o creas que su comportamiento contigo es inaceptable.
Será muy difícil ver a tus amigos cocinar.
Tu madre dejará de cocinar para ti porque se sentirá avergonzada.
Se espera que cocines para las celebraciones familiares como Navidad TODOS LOS AÑOS. Afortunadamente, al menos uno de cada dos años estarás trabajando en Navidad.
Al menos una vez cada dos años, o quizás todos los años, trabajarás en Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Pascua, San Valentín, Día de la Madre, Día del Padre, demás festivos, Halloween, el día de tu cumpleaños, y seguramente cualquier otra celebración del calendario.
Tendrás que trabajar muchos años, en insignificantes puestos antes de tomar un mínimo nivel de autoridad en tu trabajo.
A mejor restaurante es, mayor es el número de horas que harás, más presión tendrás encima, llevarás un estilo de vida menos saludable, más rápido desarrollarás una adicción, más competitiva se convertirá la gente que te rodea, dormirás menos horas, comerás menos, etc.
Constantemente cometerás errores, y cada vez que cometas uno, alguien se dará cuenta y te hará entender que debes de ser infrahumano, porque sólo los infrahumanos cometen esa clase de errores.
Si eres mujer, constantemente serás sujeto de comentarios misóginos y bromas machistas, acoso sexual, menosprecio y comentarios sobre tu ciclo menstrual.
Ninguno de tus amigos o familiares entenderán que le ves a tu trabajo y tu no serás capaz de hacerles entender.
Gastarás un montón de dinero en equipamiento y menaje, libros, comer en buenos restaurantes, etc; que no te dejará mucho dinero para el resto de cosas.
Desarrollarás una escalofriante obsesión por los cuchillos.
Si eres pastelero, desarrollarás una escalofriante obsesión por las cucharas.
Tendrás sarpullidos en partes del cuerpo debidos a la mezcla de calor, sudor y fricción que no curarán bien y algunas veces se infectarán y casi siempre serán babosas y picarán la mayor parte del tiempo.
Si eres esta clase de persona, agradecerás a tu estrella de la suerte todos y cada uno de los días de tu vida por hacerte tomar la mejor decisión que nunca has tomado y tomar el camino de un Chef. Te enamorarás de trabajo y nunca mirarás atrás.